En esta época de campaña electoral resulta agotador salir a la calle; caminar solo unas pocas cuadras es suficiente para que las manos quedan llenas de folletos informativos de gente que uno nunca ha visto, los oídos fastidiados por la misma propaganda política y la mente aburrida al comprobar que en materia de autopromoción a los políticos les hace falta imaginación.
Es curioso ver la cantidad de frases comunes en las cuales se atrincheran los autodenominados servidores del estado. Si uno compara los slogan de hace 10 o 15 años con los que se utilizan en la actualidad se hace evidente que lo unico diferente en el presente son los nombres de los candidatos.
Mi frase gastada favorita es " Vote por el cambio" y todas sus variantes: "el cambio es ahora" "porque esto tiene que cambiar" "atrévase a cambiar". La repetición de la palabra "Cambio" parece producir un mensaje subliminal en las mentes a las que llega y, en efecto, los dos millones de colombianos que emigraron entre 1998 y 2002 siguieron el consejo y cambiaron de país.
Lo interesante de muchos políticos es que pueden hablar horas sin decir nada. Su estilo parece tomado de esos ejercicios gramaticales que se distribuyen rápidamente por internet en el que enseñan a la gente a unir frases complicadas, aburridas y sin sentido alguno con el fin de parecer intelectual. En ese sentido cualquier hombre público que se respete ha utilizado aquélla frase de "estamos evaluando la situación para tomar las medidas pertinentes" cuando no tiene la menor idea de lo que está pasando ni qué va a hacer al respecto.
Si el político está seguro de no haber dejado huellas ( y usted entiende de qué hablo) entonces puede dar un paso al frente y exigir "Que presenten las pruebas de los delitos de los que me acusan" o, más común en la actualidad, "He pedido a la fiscalía general de la nación, a la procuraduría (a mi Mamá, al santo Padre, al FBI, a mi empleada de servicio) y a los organismos disciplinarios del caso que me investiguen" ante lo cual los desprevenidos ciudadanos solo se atreven a pensar que las huellas están más borradas de lo que hubieran podido imaginar.
Pero de todas las palabras que llegan a salir por la boca de un político las mas admirables son aquéllas que tarde o temprano tendrá que pronunciar cuando su carrera penda de un hilo y se debata si ha llegado a su fin. Entonces, cuando no haya sido suficiente con hablar de cambio y las investigaciones que pidió no sean claras, tendrá que aferrarse a su último recurso, ignorar las pruebas y a las malas lenguas y decir que "ahí está y ahí se queda" , porque " Todo esto es parte de una persecución política en mi contra".
No hay comentarios:
Publicar un comentario